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Llegamos a La Quiaca!!!


Ver cafayate a La Quiaca en un mapa más grande

El 9 de Marzo de 2011 armamos el circo y salimos rumbo a Salta capital. Atravesamos la quebrada de las conchas tardando mucho tiempo ya que hay varias cosas en el camino para admirar.
Los Colorados son formaciones de roca blanda, tipo tierra suelta, erosionados principalmente por el viento, dándole extrañas formas y tienen un color rojo intenso. En esta parada conocimos una pareja de Bélgica que había bajado desde Nueva York en un motorhome hermoso, tardando 12 meses.








La Besta mezclándose con la high society.

Más adelante tuvimos que desviarnos porque el río que acompaña todo el trayecto de la ruta se había tragado parte de la cinta asfáltica.



Luego visitamos la Garganta del Diablo, imponente hueco en la piedra a pocos metros de la ruta. Recomendamos mucho hacer este recorrido de la Quebrada de las Conchas ya que lo deja a uno sin palabras por su amplio colorido y hermosura.



Se nos hacía de noche así que decidimos ingresar al dique Cabra Corral, monumental obra de ingeniería que embalsa 127 km2 de superficie. Buscamos un lugarcito en un acantilado con buena vista al espejo de agua y a dormir. A la mañana siguiente fuimos hasta la pared del dique, unos 15kms después del puente abarrotado de pescadores. No es fácil llegar y menos con tanta lluvia que había caído derrumbando varios sectores pero por suerte llegamos bien y justo para un espectáculo que no se daba desde 1987. El embalse Cabra Corral estaba a pocos metros de rebalsar por lo que abrieron las compuertas principales para liberar presión. El resultado es una enorme masa de agua que pega un salto gigante antes de transformarse en río.

Y esa misma tarde seguimos trepando el norte argentino hasta llegar a una de sus capitales, Salta, la linda. Teníamos varias cosas que hacer en la ciudad ya que sería la última gran urbe por la que pasaríamos. Nos alojamos en el camping municipal Xamena ($4,50 por persona + $18 de la camioneta, baños con agua caliente pero sucios y algo inseguro pero es el único camping que hay en la ciudad). La pileta del camping tiene más de 100 mts de largo, es espectacular, lástima que… estaba vacía. Al lado nuestro estaban estacionadas unas personas de Castex, La Pampa, los habíamos conocidos en Cafayate y nos mimaron esos días en el camping de Salta, excelentes personas, MUCHAS GRACIAS a los tres por los buenos momentos pasados.
Los primeros dos días en Salta no fuimos al centro ya que visitamos un taller de Vigia para que reconecten el corte de motor, que en Chile habían conectado mal. También, por fin, instalamos los burletes de las ventanas laterales, ya no tenemos que poner la lona sobre la Besta cada vez que llueve para que no entre agua (o eso pensábamos…). Recién el 12 de marzo pudimos turistear por la capital salteña. Dos hermosas peatonales desembocan en la plaza 9 de julio en donde se encuentran los edificios históricos, muy conservados. Nos llamó mucho la atención la marcada influencia católica, la tarde/noche del domingo las campanadas que llaman a misa sonaron más de 20 minutos sin parar y cuando toda la gente entró las luces de todo el centro bajaron la intensidad hasta que finalizó la ceremonia y nuevamente se iluminó la ciudad.



El 14 de marzo decidimos dejar la capital salteña y rumbear para la vecina provincia de Jujuy. De las dos rutas que teníamos para elegir nos decidimos por la que atraviesa la selva salteña. No nos equivocamos ya que nos encantó, el camino tiene un millón y medio de curvas, siempre con cornisa pero en medio de una vegetación imponente, todo el tiempo pensamos que cruzaría Tarzán con Chita arriba colgados de una liana.



Atravesamos el límite entre Salta y Jujuy y nos fuimos a Villa Jardín de Reyes, pequeño poblado que se encuentra antes de las termas homónimas.



Llegamos tarde y no teníamos alojamiento así que preguntamos en una bodega artesanal si había algún problema de dormir en la calle, la señora muy atenta nos mostró un lugar donde podíamos descansar tranquilos. Al día siguiente pasamos a agradecerle y estaba el dueño de la bodeguita y justo le había llegado un cargamento de uva así que nos mostró el proceso productivo, catamos unos vinos y charlamos mucho. Gracias a la gente de bodega Xuxuy.
Esa misma tarde llegamos a Purmamarca con muchas expectativas de ver al majestuoso cerro de siete colores, trepamos un pequeño cerrito que está en frente para poder admirarlo mejor, la verdad es que nos encantó, los siete colores están bien definidos.






Los siete colores del famoso cerro

Atraídos por la belleza del cerro decidimos caminar en su dirección y nos encontramos que detrás hay formaciones rocosas muy particulares también y con colores espectaculares dados por los distintos minerales que contiene la roca.
El pueblo de Purmamarca en sí es pintoresco y muy tranquilo, dormimos estacionados en una callecita cerca de un camping sin ningún problema. Es llamativo el uso de adobe en la totalidad de las construcciones, no sólo las casitas viejas son de este material, sino que los negocios y edificaciones nuevos también.
El 16 de marzo de 2011 dejamos Purmamarca para avanzar hacia el norte rumbo a Humahuaca, previo paso por Tilcara. En éstos el adobe, las callecitas estrechas y el clima seco se mantienen como características en común. Pero esa noche en Humahuaca fue la excepción, un diluvio azotó la población, nosotros estacionados en la plaza principal quedamos bastante mojados ya que los burletes que colocaron en Salta Capital estaban mal puestos. De todas maneras pudimos conocer el monumento a los héroes de la Independencia que es realmente imperdible.





Y por fin el día 17 llegamos a La Quiaca, ciudad limítrofe con el país hermano Bolivia. Dormimos en un pueblito muy chiquito a 15 kms llamado Yavi en el único camping que encontramos. Ahí comimos el último asado de despedida de Argentina, pero como la carne de vacuna estaba muy cara decidimos probar el sabor de la llama, la cual, si bien no es tan sabrosa como la vaca nos gustó mucho.
A la mañana siguiente nos presentamos en la frontera La Quiaca – Villazón siendo las 11 de la mañana. Era curioso observar que por una especie de puente con rejas a los costados transitaba gran cantidad de gente en ambas direcciones llevando mercadería. Cientos de hombres, mujeres y niños trasladaban pesados bultos (bolsas de cemento, cajas de fruta, etc) de un lado a otro sin ningún tipo de control de nadie, así que pensamos que el cruce iba a ser muy sencillo y rápido… pero nos equivocamos, recién pudimos cruzar a las cuatro de la tarde ya que en el sistema de la Aduana Argentina aparecía la Besta como un Citroen 3 CV y como no había Internet no podían verificar en el Registro del Automotor que la patente correspondía a nuestra camioneta. Ya muy cansados logramos que nos dejen pasar, el trámite del lado argentino fue gratis, en cambio del lado boliviano después de hacer los papeles y que nadie revise nada tuvimos que pagarle 20 pesos argentinos al que autorizaba el ingreso del vehículo. Cuando le preguntamos en concepto de qué titubeó y después nos dijo que era por “tránsito en país vecino”, frase que no nos convenció y ni siquiera nos dio recibo. 500 mts. más adelante ya en Bolivia nos cobraron peaje otra vez, como se dice en estos casos “anda a cantarle a Gardel”.
Hoy estamos muy felices en Bolivia, un país con grandes contrastes el cual invita a recorrer cada rincón, mas noticias desde acá en unos días!!!


Viaje al pasado por los Valles Calchaquíes


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Manejamos unas cuantas horas pasando por pueblos como Recreo y Frías en la provincia de Catamarca donde hicimos noche. Al otro día fuimos a Termas de Río Hondo donde nos encontramos con Mingo, el amigo de nuestra anfitriona Laura de Córdoba y cenamos con él. Lamentablemente no nos llevamos buena impresión de Termas de Río Hondo, vimos una ciudad muy descuidada quizás por no ser temporada alta. Lo mas llamativo fue la visita al dique Río Hondo y sus pescadores que “roban” sábalos y dorados pescando sin carnada, solo con lanzar líneas con varios anzuelos levantan los peces a la pasada con bastante efectividad.



Al día siguiente arribamos a San Miguel de Tucumán. Muy linda capital de provincia, pintoresca y llena de historia. Almorzamos en el parque y salimos a recorrer el centro. La visita a la Casita de Tucumán donde se reunieron los representantes de las provincias para declarar la Independencia de la corona española es muy emocionante.



La habitación principal está conservada íntegramente original. Paran los amantes de la fotografía van nuestras disculpas por la calidad de la foto pero la luz no ayudaba en esa habitación, es lo que hay.



En esa época todo el oro y la plata que venían de las minas de Potosí y las provincias del norte pasaba por Tucumán y seguía al puerto de Buenos Aires donde se embarcaba hacia Europa en un claro acto de saqueo a nuestro continente. Gracias a la independencia firmada en 1816 esto pudo frenarse. 200 años después nuestros actuales dirigentes se olvidan de la historia y permiten otra vez el saqueo por parte de extranjeros de nuestras riquezas minerales, petróleo y demás.
Cantando con Mercedes se nos fue la tarde y todavía no habíamos conseguido alojamiento.



Como se hacía de noche y Tucumán es una ciudad grande para dormir estacionados en la calle decidimos ir al pueblo mas próximo a buscar un camping. Llegamos después de 20 kms. a Lules donde nos dijeron que no había camping. Seguimos para Famaillá unos 16 kms. mas sin suerte tampoco, recorrimos 10 kms. mas hasta Acheral pero nada de nada. Todo esto con la guía proporcionada por el gobierno de Tucumán en la oficina de información turística, muy actualizada por cierto. En otro pueblito llamado Monteros nos dijeron que el próximo lugar para acampar se encontraba en la vecina localidad de El Mollar, separada de Tafí del Valle por un embalse. Como teníamos demasiadas ganas de utilizar los servicios de un camping, léase ducharse, decidimos recorrer los 55 kms. que restaban hacia El Mollar. Ya en plena noche comenzamos a transitar un camino que se hacía cada vez mas empinado. Esos días había llovido mucho en las montañas y los arroyos y ríos estaban muy cargados. A la Besta le costaba trepar y las curvas eran en zigzag con giros muy bruscos, pozos, con las pared de piedra de la montaña a nuestra derecha y el precipicio a la izquierda. El poco tránsito que había hacía darnos cuenta del error que cometimos al decidir avanzar hacía El Mollar.
En una de las curvas íbamos muy despacio cuando de repente comienzan a caer piedras de la montaña, un derrumbe a 15 mts. de la camioneta nos dio un susto de morir. Pusimos marcha atrás unos metros pensando si seguirían cayendo piedras o se derrumbaría todo, situación muy fea que no le deseamos a nadie. Las piedras habían obstruído el camino. ¿Y ahora?, Guillo se baja de la camioneta y se pone a correr algunas rocas que apenas alcanza a mover mirando de reojo la montaña por si llegaran a caer mas. Por fin logramos avanzar y el color nos vuelve a la cara.
Encontramos el camping y nos fuimos a dormir después de una ducha reparadora.
A la mañana siguiente nos dimos cuenta que el lugar estaba mejor de lo que creíamos, con una vista al embalse y a Tafí del Valle espectacular. También nos dimos cuenta que los últimos cuatro días habíamos dormido en cuatro provincias distintas.





Nos hicimos amigos de una pareja de gente de Santiago del Estero la cual venía a pescar casi exclusivamente al lugar y por supuesto ligamos varios pejerreyes exquisitos para complementar nuestro menú.
Una de las tardes fuimos a conocer a Tafí del Valle, queda a 15 kms. de El Mollar que es donde estábamos parando. Tafí es un pequeño poblado que se extiende a lo largo y ancho de un valle muy profundo y verde, el río corre con fuerza y los cañadones dan un paisaje perfecto.
Las construcciones son imponentes, muchas familias hacen su casa de fin de semana acá por lo que parece ya que había demasiadas casas y poca gente, inclusive en el mini centro alrededor de la plaza. En conclusión Tafí del Valle es un destino muy recomendable por sus paisajes, buena alternativa para ir a descansar, aunque si son amantes de acampar es muy buena opción alojarse en el camping de en frente en El Mollar y hacerse el viajecito todos los días.



También nos paró la policía tucumana tres veces las cuales solicitaron todos los papeles del auto y muy importante no olvidarse la Verificación Técnica Vehicular ya que la piden siempre.
En total estuvimos cuatro días acampando, en realidad medio forzados ya que hablando con otros acampantes nos contaron que la ruta que nos tocaba recorrer más adelante estaba muy complicada por el tema de los desbordes de los ríos, el barro y el agua sobre la calzada. Como ya nos encontrábamos a más de 2000 mts. sobre el nivel del mar y teníamos que seguir subiendo decidimos esperar que los ríos se descarguen, no necesitábamos otra odisea como la que vivimos con el derrumbe en la montaña.
Pero por fin al cuarto día decidimos movernos, el próximo destino era la pequeña localidad de Amaicha del Valle, cede de la fiesta de la Pachamama que justo caía cuando nosotros estábamos llegando. En el trayecto cruzamos por el Infiernillo, el punto más alto de los Valles Calchaquíes, a 3042 mts. sobre el nivel del mar.



Parece reiterativo pero no nos cansamos de repetir que el paisaje en esta zona también es algo de otro mundo, o mejor dicho, es algo del mundo en que vivimos, aunque a veces la rutina no nos deje admirarlo y tengamos la atención puesta más en las cosas materiales que en las cosas simples y naturales que hace millones de años existen y nos rodean todos los días.



En Amaicha encontramos mucho movimiento en su plaza central ya que estaban preparando todo para la gran fiesta, así que compramos provisiones y nos dirigimos en búsqueda de un lugar para pernoctar en el pequeño dique Los Zazos, un embalse a poquitos kilómetros del pueblo. Encontramos lo que buscábamos, lugarcito perfecto al lado del espejo de agua y ahí nomás nos instalamos.



Al otro día fuimos al centro de Amaicha por que se realizaba la ceremonia de apertura de la fiesta. Representantes de las tribus y poblaciones de los cuatro puntos cardinales venían en procesión hasta la plaza bajo arcos de caña adornados con frutas, hojas de coca y demás artículos regionales. Encabezaban la procesión las mujeres más ancianas de cada tribu llamadas Comadres. En la ceremonia se saludan prometiendo amistad y cooperación entre los pueblos.



El viernes 4 de marzo de 2011 abandonamos Amaicha del Valle y partimos rumbo a Cafayate. En el camino visitamos las ruinas de la ciudad sagrada de los indios Quilmes, asentamiento indígena que habitaba este territorio y resistió tanto la invasión Inca como la española aunque finalmente fueron desterrados por estos últimos y se trasladaron a pie 1600 kms. hacia la zona que ahora se encuentra el barrio bonaerense de Quilmes. Estar en la cima del cerro donde se edificó la ciudad y admirar el paisaje es una sensación única, salvo por el detalle del hotel que construyó un amigo del ex gobernador de la provincia, Don Ramón “Palito” Ortega, el cual sin respetar a los originales dueños de esas tierras plantó semejante estructura con piscina y todo, arruinando la mística del lugar. Actualmente los descendientes de los Quilmes lograron la expropiación de la tierra y organizan visitas guiadas a las ruinas de sus antepasados con una colaboración a voluntad.





En el camino nos encontramos casi por casualidad con un pueblito llamado El Pichao que vive casi exclusivamente de los nogales, en cada casa distribuida aleatoriamente existe un patio con muchos de éstos árboles de varias décadas de antigüedad. Todas las construcciones del poblado son de adobe y sus techos de madera cubiertos con tierra. Esto hace que en algunos ranchitos tengan pastizales de cubierta. Ésta clase de techo con plantas la arquitectura moderna la llama “techos verdes” y es presentada como una novedad… no tanto para los pobladores de El Pichao. También se pueden encontrar entre las pircas que separan las calles varios frutales con los cuales se manufacturan dulces artesanales. Preguntamos en cuatro lugares a ver si nos vendían nueces pero nadie accedió ya que decían que estaban húmedas por las intensas lluvias así que nos pusimos a recolectar de la calle. Resultaron ser un manjar después de que se secaron tres días al solcito.



Cuando llegamos a Cafayate elegimos el camping municipal que se encuentra en la entrada ($10 por persona, muy buena atención y bastante limpio)
Fueron un total de cinco días los que pasamos en esta hermosa ciudad salteña, visitamos la bodega Vasija Secreta pero no llegamos a hacer el recorrido guiado, que poco nos importó por que caímos justo para la degustación. También vendimos muy bien en la plaza, toda gente muy simpática que nos ayudó mucho.
Lo que molestó bastante y complicó varias excursiones que teníamos programadas fue el clima, la lluvia siguió haciéndose presente desbordando ríos causando problemas para llegar a los puntos más representativos de la zona.




Ahora sí amigos, es todo por ahora, ojalá se animen a comentar sus impresiones y tiren ideas o sugerencias sobre que datos del viaje les interesan más, poco a poco vamos a ir contestando los requerimientos.

Córdoba: movidito, movidito


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Estamos de vuelta después de mucho tiempo reportándonos como corresponde, se hace cada vez mas complicado el acceso a Internet así que suponemos que en un futuro no vamos a actualizar tan seguido como en los primeros dos meses. Pero a no desesperar que hay mucho material y ya pasamos al relato propiamente dicho.

El 10 de febrero llegamos a la capital cordobesa esperanzados que íbamos a encontrar un gran taller electricista que nos solucionara el problema, pero todos los que localizamos estaban de vacaciones y nosotros no podíamos frenar la camioneta porque no sabíamos si volvería a arrancar. Por suerte Aimé tiene familia en Córdoba que se pasaron con la ayuda, Aye y Pato nos recibieron, nos dieron alojamiento, un lugar para guardar la Besta y toda la familia ayudó a buscar un taller electricista abierto esos días.



También tuvimos la suerte y el gusto de conocer a dos integrantes del foro www.rodanteando.com.ar, Hugo y Néstor, los cuales colaboraron muchísimo ubicando electricistas y todo el tiempo estuvieron pendientes de nuestra situación y ofreciendo ayuda. Para todos los amantes de los motorhomes y casillas rodantes les recomendamos este foro.


Al día siguiente encontramos finalmente un electricista que descubrió la falla; el cable que va del alternador a la batería estaba desgastado y no entregaba toda la carga. Resuelto el asunto nos fuimos de Córdoba más que agradecidos, hicimos noche en un pueblito a 20 kms. llamado La Calera y el sábado 12 de febrero llegamos a Santa María de Punilla donde se haría el famoso Cosquín Rock. Allí nos encontramos con Silvina, la hermana de Guillo y Andrea, una amiga de la casa. Estacionamos a una cuadra del camping donde estaban parando y fuimos a buscarlas. En el pueblo había muchísimo movimiento por el festival y los campings estaban llenos. Almorzamos y cuando volvimos a la camioneta nos percatamos de un detalle, Guillo se olvidó las luces encendidas… intentamos darle arranque pero no respondía, ooootra vez tirados en la calle. Pero no hay mal que por bien no venga…Laura, la dueña de la casa donde habíamos estacionado, nos ofreció guardar la Besta en su jardín, le agradecimos pero no podíamos mover la camioneta. Por fin conseguimos quien nos hiciera puente y pudimos arrancar, así que estacionamos la Besta en lo de Laura quien nos abrió las puertas de su hogar y de su corazón.
Esa noche fuimos con Silvi y Andre al Cosquín Rock, la fecha incluyó a Skay Belinson, Spinetta, León Gieco, Charly García.



El escenario temático a full con reggae, tocaron Dread Mar-I, Los Cafres, Los Pericos, Fidel Nadal, Dancing Mood y Nonpalidece. Pero sin dudas la frutilla del postre fue la actuación del gran Willy Polvorón en el hangar del predio donde se disfrutó la fiesta más linda del país, la Bizarren Miusik Parti, más info en www.bizarren.com.ar .
Nos encontramos con más amigos en la fiesta que duró hasta altas horas, gracias tío Gerardo por tanta alegría.





Al día siguiente Laura nos invitó con un asadito de primer nivel, empanadas caseras y muy buena onda. Guillo hizo el esfuerzo y cocinó. Al almuerzo también vino un señor llamado Domingo o “Mingo” para los amigos y entre los cuatro pasamos un muy buen momento gastronómico.
El 14 de febrero del 2011 salimos para la pintoresca villa de La Cumbre con Silvi y Andre. Ese mismo día nos despedimos de esta última ya que volvía supercontenta a retomar sus tareas de docencia. La mamá de Guillo y Carlos, su marido, venían de vacaciones unos poquitos días a la villa y nos encontraríamos con ellos. Esas tres jornadas comimos mucho, paseamos mucho y también trabajamos preparando una horneada de artesanías. Nos llegamos hasta Capilla del Monte y visitamos la primer calle techada del país donde se concentra toda la actividad turística y comercial.



También visitamos el balneario La Toma, el dique El Cajón y un lugarcito que nos enamoró llamado El Paraíso. Se encuentra en frente de la pared del dique, tiene arroyito y asadores, mucha limpieza y hasta una bandada de gansos propia (precio: $2 por persona, excelentes baños y pequeña cantina).



Disfrutamos mucho la pileta entre toda la familia y hasta escalamos un cerrito con un monumento al Cristo Redentor en la cima.
El día 16 nos despedimos de mamá Nora, Silvi y Carlitos y rumbeamos para Capilla del Monte.



Los siguientes cuatro días fueron de mucha venta en el pueblo y mucho mate y arroyo en El Paraíso. También armamos stand en la feria artesanal de la plaza pero no había mucho movimiento de noche por que el clima no acompañó.
El 20 de febrero hicimos noche en Cruz del Eje y al otro día llegamos a la villa de San Marcos Sierra. Lugar muy hippie, calmo y con una comunidad muy agradable y hospitalaria. Nos hicieron una nota para la radio local CLICK ACA y fuimos tres días seguidos a un lugar llamado Vado de López, lugar completamente sin servicios pero totalmente encantador. Además en este sitio vendimos muy bien.




Reunión de libélulas

Conocimos una banda de músicos que viajan hace 8 años en un furgón Mercedes Benz MB100 por todo el mundo llamada “Mañana me Chanto” y nos regalaron su tercer cd. Esa noche fuimos al bar donde tocaron y se armó bailongo y todo. Tocan mucha cumbia, reggae y ska, mas info en www.mananamechanto.com .
El día 24 nos fuimos de San Marcos Sierra despidiéndonos de nuestro amigo de Radio Quilpo Daniel, deseándole que pueda cumplir su sueño de cruzar el Amazonas como nos contó una noche.



Bueno amigos, nos despedimos hasta muy prontito ya que mañana o pasado subiremos el resto del relato de este viaje que cada día nos permite mejorar en todo aspecto de la vida, gracias por pasar.

Viaje al centro... del país


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El relato de la fecha comienza con una dosis de adrenalina, el 31 de enero estábamos a 130 kms de San Luis y ya empezabamos a pispear la aguja del combustible, acostumbrados a la abundancia de estaciones de servicio íbamos confiados que en cualquier momento aparecería una, pero al cruzar el primer peaje puntano aparece un cartel que decía “próxima estación a 100 kms.” miramos otra vez la aguja y decidimos seguir, aunque ya algo intranquilos, para colmo la ruta empezó a hacerse más y más elevada y a la Besta le encanta tragar diesel en subida. A 30 kms de San Luis capital se prende la luz del tablero que indica el uso de la reserva de combustible. A 15kms veníamos despacio para consumir lo mínimo y estuvimos tentados de tirar los bolsos por la ventanilla para aminorar el peso de la camioneta y con el último envión llegamos a la estación de servicio donde llenamos el tanque, 50 lts justito que es la capacidad de la Besta.
Ya más tranquilos atravesamos San Luis buscando algo más calmo para pasar la noche. Frenamos en un pueblito llamado El Volcán a 20kms de la capital, este lugar sería nuestra base los próximos 3 días.



El 1 de febrero salimos para Potrero de los Funes, un pueblo que se erigió a orillas de un embalse y rodeado de sierras y mucha naturaleza, hace pocos años se construyó un autódromo alrededor del lago para la delicia de los habitantes de Potrero, dicho autódromo también se utiliza como calle. No pasamos la Besta de los 180kms/h porque no estaban las cubiertas de contención ni las camas de arena.



Vendimos algunas artesanías en un local que atendía una señora divina llamada Cecilia la cual nos regaló un rosario de piedra ónix hermoso.
Ese mismo día visitamos un monumento enorme en honor a los granaderos puntanos que acompañaron a San Martín al cruce de los Andes. 800 soldados se sumaron a las filas del libertador siendo previamente adiestrados en ese lugar. Si bien los alrededores del monumento están un poco abandonados empiezan a reacondicionarlo ya que este año se cumplen 20 años de su creación.



Cuando volvimos a nuestra base en El Volcán ya entrada la noche sentimos un ruido extraño en el motor, sonaba como que el ventilador estaba tocando con algo.
Al otro día temprano salimos resignados a buscar un mecánico, tarea complicada en un pueblo tan chiquito, pero finalmente dimos con un tal Mingo, en su tallercito dejó todo y se dispuso a ayudarnos. Efectivamente el arreglo que hicieron en Temuco se había desoldado y estaba vibrando. Punto de soldadura, ajuste y a probar si quedó bien… cuando vamos a darle arranque no hay respuesta, probamos otra vez y nada, no lo podíamos creer, arreglamos una cosa y se rompe otra. Justo antes de rociar con combustible a la Besta y tirarle un fósforo aparece un cliente de Mingo a buscar su camioneta. Aprovechamos y la enganchamos para ver si era la batería pero por más que la remolcamos unas cuadras la Besta no arrancó. Entonces Emiliano, el dueño de la camioneta nos ofrece remolcarnos a su casa, almorzar y a la tarde ir en búsqueda de un electricista en un pueblo a 10 kms de El Volcán. Aceptamos la propuesta resignados y algo derrotados. Emiliano vive con su mujer y sus dos nenas y forman una familia genial. Después de un almuerzo riquísimo salimos enganchados en búsqueda del electricista, el susodicho se autodenominaba “el genio” y todo el mundo lo llama así, es más, el taller se llama “el genio”. Emi nos deja en el taller y sigue con sus cosas. El genio descubre un interruptor abajo del volante de una vieja alarma que tenía antes la Besta el cual al accionarlo sin querer cortaba la electricidad. Solucionado el tema nos retiramos esperando no pisar un taller por un buen tiempo.
Pasamos por un balneario llamado “La Hoya” donde recuperamos lo gastado en mecánicos y nos fuimos a cenar con Emi y su familia.
El 3 de febrero nos despedimos, eternamente agradecidos de esta hermosa gente esperando algún día volver a verlos, GRACIAS Emi, Laura, Luna y Ámbar!!!



Próximo destino: Merlo, San Luis. Llegamos con muchas expectativas ya que es un lugar muy publicitado y si bien es muy bonita ciudad no alcanzó a cubrir nuestras expectativas, muchas casas hermosas, gente con mucha plata paseando, casinos, etc pero con un gran faltante…agua! Para el que se queda en Merlo en una cabaña con pileta debe ser lindo, pero nosotros que somos habitué de arroyos y ríos estábamos complicados. Esto sumado a que hacía un calor del demonio y la venta ambulante estaba prohibida hizo que duremos poco en el destino turístico por excelencia puntano.



Visitamos el “Bajo de Veliz”, territorio que sufrió una gran depresión y quedó bajo el nivel del mar pero como tampoco ahí encontramos mucha agua partimos directamente para la vecina provincia de Córdoba.
El primer destino que elegimos en la tierra de la Mona Jiménez fue “Boca del Río”, el lugar es espectacular, muy cuidado y tranquilo, recomendable por donde se lo mire. Costo de la entrada $10 por persona. Cargamos pilas esa tarde navegando por el dique en nuestra embarcación inflable y vendimos muy bien.



En esa zona se encuentran varios pueblitos separados unos pocos kilómetros unos de otros con características muy similares, muy turísticos y tranquilos y con gran cantidad de artesanías. Las ferias artesanales son casi todos los días y generalmente en las plazas. Esa noche nos fuimos a uno de esos pueblos llamado Nono para intentar entrar a vender en su feria, pero no hubo suerte, ya era tarde y no había lugar. De todas maneras un artesano nos pasó el dato que al otro día a la mañana bien temprano se armaba una gran feria en un pueblo cercano llamado Villa de las Rosas, decidimos participar así que el sábado 5 de Febrero amanecimos 7:30hs para armar el stand. La venta no fue gran cosa pero sirvió para comprar un pedacito de carne y hacernos el primer asadito del viaje. Lo hicimos en la Boca del Río donde festejamos el primer cumpleaños del sobrino más lindo y simpático del mundo: Ioannis y nuestros 2 meses de viaje!
A la noche volvimos al pueblo en búsqueda desesperada de una cervecita bien helada ya que hacía mucho calor y estábamos de festejos. Compramos en un local y nos fuimos a tomarla a la plaza. Habiendo saboreado dos miseros traguitos apareció un oficial de la ley que nos quiso llevar detenidos ya que en la provincia de Córdoba no se puede consumir bebidas alcohólicas en la vía pública, encima todo alrededor de la plaza hay bares con mesas afuera para tomar algo, la situación era ridícula por donde se la mire. Todo concluyó con la cerveza tirada en el pasto de la plaza. Le agradecimos al oficial y a su madre y nos retiramos a descansar.
El 6 de febrero arribamos a Mina Clavero con lluvia y mucha gente en la ruta. Como veníamos de unos días de dormir estacionados en la calle y estaba muy feo el clima nos fuimos directo a un camping llamado “La Siesta” ($25 por persona, excelentes instalaciones, buena atención, muy recomendable)



El camping queda a 100 mts. de un lugar que disfrutamos muchísimo, la costa del río. Está rodeada de arena formando playas espectaculares. Cuando paró de llover y salió el sol nos fuimos directo para ese sitio y quedamos muy tentados de acampar al día siguiente en una de las extensas playas de arena.



Al otro día nos despertamos y levantamos campamento, cuando llegamos al río estaba totalmente crecido, no se veían más las playas de arena. Menos mal que no acampamos porque camarón que se duerme… se lo lleva la corriente. Consejo: no acampar en los márgenes de los ríos.
A la noche estacionamos en una calle cercana al centro y bien alejada del río para dormir, pero cuando quisimos encender nuevamente el motor para acomodar mejor la camioneta no arrancó, otra vez nos quedamos tirados. Nos fuimos a dormir pensando cuánto nos iba a costar el nuevo arreglo.
Por la mañana caminamos cinco cuadras hasta un taller que nos cobró bastante por un puente a la batería. Después visitamos otro electricista que no encontró nada raro y por último un hombre que fabricaba baterías midió las dos que tenemos y descubrió que una estaba fallando, así que la desconectó y se acabó el problema.
Ya más tranquilos, decidimos seguir al día siguiente rumbo a Córdoba capital. Salimos a la ruta y enfilamos para las altas cumbres cordobesas, espectaculares paisajes a 2000 mts de altura, la ruta es todo asfalto y en excelente estado. Cuando habíamos hecho unos 18 kms. paramos en un mirador, de los tantos que hay en el camino, para sacar unas fotitos. Hacía calor y la visibilidad era muy buena. Al subir nuevamente a la Besta se negó a arrancar. Casi la empujamos al precipicio de la calentura que teníamos, no podía ser, tres talleres visitados el día anterior, nadie vio una falla y en el medio de la montaña se nos viene a quedar. Para colmo el mirador era chiquito, en pendiente y no había lugar para empujarla. Paramos dos vehículos pero tenían baterías chicas para alcanzar a darle arranque, así que decidimos sacrificar el único servicio de grúa mensual del seguro.
Como nos dijeron que el auxilio iba a tardar dos horas aproximadamente decidimos tomarnos unos matecillos al lado del barranco.



La grúa puenteó la batería y arrancamos. Como en Mina Clavero nadie supo lo que tenía la camioneta nos largamos para Córdoba capital derecho y sin parar por las dudas. El viaje tuvo de todo, lluvia, neblina y mucho tránsito pero llegamos bien.

Paciencia, paciencia y más paciencia... la próxima entrada ya se está cocinando y saldrá publicada a la brevedad.... los extrañamos un montoooon, gracias por las palabras de apoyo y los saludos de todos, hasta la vista baby dijo Terminator.