Navidad entre lagos y montañas

Ver navidad 2010 - quillen en un mapa más grande

El miércoles 22 salió definitivamente el sol y el calor se hizo presente en San Martín de los Andes, excelente oportunidad para salir en búsqueda de un buen lugar para un chapuzón después de tantos días fresquitos.
Cargamos la Besta y nos fuimos hacia Yuco, un balneario ubicado a 27 kms del pueblo. El lugar es bastante agreste y la playa es chiquita, pero tiene una zona de piedras grandes donde uno se siente una lagartija al sol disfrutando también del agua fresca, muy recomendable para pasar el día.




Y esa misma tarde seguimos rumbo a Nontué unos 11 kms más hacia un camping que se encuentra abandonado pero en muy buen estado, lo atraviesa un arroyito y da al lago del mismo nombre. Desde este punto continuando 5 kms más al Oeste se cruza a Chile por el paso Hua Hum.
En Nontué nos quedamos esa noche y lo disfrutamos mucho, el lago es espectacular, muy calmo y transparente, transmite una sensación de paz genial.



Al otro día y siguiendo nuestra principal característica que es ser culinquieto levantamos campamento y nos fuimos a Quila Quina, una villa fundada en el 1945 y que no ha crecido en extensión aunque las casas que allí se encuentran sean de alto nivel. Está sobre la costa del Lacar y el acceso de 14 kms es bastante complicado con un camino de ripio de una sola mano a veces muy empinado y serpenteante. En Quila Quina hay embarcadero, una confitería y venta de artesanías, además nos encontramos con una calle de aproximadamente 200 mts de rosas mosqueta y álamos bellísima.



Tanto de ida como de vuelta tuvimos que cruzar por el arroyo ya que el puente decía "MAX 2 tn".

Como el clima no acompañaba y no queríamos transitar el complicado camino con lluvia o que el arroyo crezca más pegamos la vuelta esa misma tarde hacia nuestro cuartel general que era Roberto´s home. Esa tarde llegaron Norma y Ulises, una pareja de bahienses familiares de Roberto los cuales venían a pasar Navidad.

En Noche Buena éramos 18 a la mesa, la pasamos genial y hasta recibimos regalos, Papá Noel se acordó de nosotros. Estuvo muy buena la cena y el ambiente fue muy bueno, eso hizo que extrañáramos un poco menos estar con nuestros familiares, muy agradecidos.




El 25 nos despedimos definitivamente de los García, recibimos más regalos y nos fuimos eternamente agradecidos de San Martín de los Andes rumbo al Lago Huechulafquen que está dentro del Parque Nacional Lanín.




Noche en el primer camping que encontramos después de varios kilómetros de ripio, el camping pertenece a la comunidad Mapuche y sale $15 por persona, sin luz pero con un bañito sencillo.




Al día siguiente partimos a Puerto Canoa ubicado al extremo oeste del lago, entramos en el camino que está atrás de la oficina de Turismo, el lugar es maravilloso y se ve el Lanín en todo su esplendor, la playita es muy tranquila. Muy recomendable para visitar.




La noche del 26 nos encontró en el camino así que decidimos hacer camping la lado de la ruta sobre el río Aluminé en un lugar tranquilo, sin servicios y muy agreste, buena experiencia y sobre todo… gratis jeje.




Finalmente el 27 de diciembre nos dirigimos hacia el Lago Quillén, la ruta de ripio continuaba bordeando al río Aluminé entregando paisajes espectaculares.




Ya nos habían dicho que nos quedemos en el primer camping que era organizado y además el camino hacia el camping libre que estaba a continuación era muy complicado. Llegamos al primero y nos pareció caro para lo que ofrecía así que decidimos seguir camino rumbo al segundo. El cartel lo decía bien clarito, próximos 4 kms camino en mal estado, pero veníamos confiados de tanto andar por ripio que encaramos igual… pero el terreno estaba demasiado feo, partes de barro muy bravas, un arroyito que partía el camino en 2, precipicio a la derecha y piedras que tocaban abajo, toda una experiencia llena de adrenalina.
Por fin superamos la difícil prueba de manejo y llegamos al camping dispuestos a gastar las reposeras para relajarnos de tanta tensión, pero nos recibió una nube de tábanos grandes como helicópteros Apache que no paraban de picar, tuvimos que armar la carpa comedor y esperar unas horas que se alejen por que eran insoportables. Ni el humo de la fogata los espantó. Al otro día temprano antes de que salgan otra vez los tabanitos levantamos campamento y disparamos del Quillén medio espantados, aunque el lugar es muy lindo no fue una buena experiencia. La vuelta por el tenebroso camino la hicimos mas rápido ya que nos acordabamos cada una de las piedras, barro y accidente geográfico de memoria.


Esperamos que hayan pasado unas excelentes fiestas, les deseamos lo mejor para el año que comienza y personalmente anhelamos que sea con muchos miles de kilómetros por recorrer y mucha más gente y lugares lindos por conocer.